El exilio de Ramiro Hernández
El todavía presidente municipal de Guadalajara, Ramiro Hernández García, ya prepara sus maletas rumbo a un nuevo destino laboral, ahora en la ciudad de México. El cargo aún no está definido. Pero el originario de Ayotlán ya busca acomodo.
Así se lo ha hecho saber a sus cercanos y a algunos amigos. En poco más de un mes, Hernández García estará buscando una nueva aventura. Es en la capital del país donde Ramiro tiene sus principales contactos. Hay que recordar que los pocos o muchos recursos financieros adicionales que gestionó para el ayuntamiento se lograron gracias a esas relaciones.
Muchas de ellas las tejió durante su paso como senador de la República, sobre todo con personajes como Manlio Fabio Beltrones, con quien compartió curul en la Cámara Alta y más aún con Emilio Gamboa Patrón.
Y los adeptos de Ramiro -aunque usted no lo crea, aún los tiene- presumen que el otrora aspirante a la gubernatura no ha caído de la simpatía del gobierno de la República, ni tampoco del PRI nacional que en otras oportunidades lo ha enviado como delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) en otras latitudes, específicamente en Tamaulipas, por lo que no es descabellado que vuelvan a encomendarle una misión similar.
No obstante, miembros del grupo antagónico al de Ramiro (el del gobierno del estado) en las charlas de café gustan de achacarle la derrota del 7 de junio. Reprochan que durante estos tres años -como lo ha hecho a lo largo de su carrera política- se la pasó “en la hamaca”, “ nadando de muertito” y “a las caiditas”.
Critican que extrañamente Ramiro no tiene más talento que el de ser sonriente y bonachón, además de estar siempre en el momento correcto y en el lugar correcto. Pero nada más. Y de esa forma le ha alcanzado para ser diputado, presidente del partido, senador y alcalde de Guadalajara, cargos que no cualquiera puede presumir.
Sus detractores ven la inminente partida de Ramiro a la ciudad de México como un exilio. Una manera de tenerlo lejos de Guadalajara. Sus adeptos, lo ven como un paso natural en su carrera política.
Lo cierto es que Ramiro Hernández siempre se acomoda.
Trato indignó a la prensa
Es muy común que en actividades organizadas por la Iniciativa Privada (IP) no tengan el tacto para tratar a los reporteros. No me refiero a actos de las Cámaras, Consejos u organismos-cúpula, pues ellos tienen personal especializado en atención a medios. Más bien hablo de los eventos que organizan algunas empresas, y a veces, ciertos colegios de profesionistas, que han dejado a los representantes de los medios sin sillas o sin darles siquiera un vaso de agua por elemental cortesía.
Cuentan algunos reporteros que acudieron a la ampliación de la planta de la empresa Urrea en el municipio de El Salto, que personal de esta compañía, al ver llegar el contingente de comunicadores, se puso en alerta. Preguntaron a dónde iban.
Al enterarse que eran reporteros, uno de los empleados, dijo a su compañero: “Si son prensa, nomás contrólalos”.
Esto provocó no sólo la indignación de los reporteros, sino de los funcionarios de Comunicación Social del gobierno del estado que acompañaban a los comunicadores y en solidaridad con los compañeros de los medios pidieron respeto. “¿Cómo que contrólalos?”, espetó uno de ellos en defensa de los reporteros.
Es obvio que los altos ejecutivos no se enteraron del desaguisado y estoy seguro que ellos desaprueban semejante trato. Pero no es la primera vez que personal de una compañía da muestras de tal insensibilidad.
@julio_rios
Foto: Jairo Martínez
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